Por segundo año consecutivo pudimos ir a tocar a la cena organizada por la Fundación Virgen de la Cuesta de la localidad salmantina de Miranda del Castañar y pudimos tocar en la plaza de toros más antigua de España, una verdadera preciosidad. Aunque no nos tocara el ordenador portátil en el sorteo que realiza la Fundación, guardamos buen recuerdo de aquella noche... jaja es broma. Fue estupedo estar otra vez con Félix o D. Mario Loreto y disfrutar de esa gran cena: los chorizos al vino, patatas con pimentón... Esperamos poder volver otro año. A todos le recomendamos que concozcan esta zona y este pueblo. Y aunque se podría pensar que a aquella gente no le interesaría la música extremeña, volvimos a aprender una lección, la alegría, los sentimientos, las emociones, la diversión o el llanto no conocen de fronteras políticas, que aunque se reflejen en lineas negras en el mapa o distintos prefijos telefónicos, en realidad no existen marcas tan profundamente en las personas, y esperemos que esto siga así, porque no hay nada más tonto que creerse tan distinto o especial que esto permita que al final nos sintamos solos.
Y al día siguiente fuimos a cantar a la localidad pacense de la Cardenchosa en la unidad móvil de la junta de Extremadura. Una muy pequeña localidad a la que conseguimos emocionar con las canciones extremeñas. Pudimos estar con nuestra amiga Lola de Azuaga, con la que fue un placer poder compartir unas horas y unas charlas. Afortunadamente, estaremos en Azuaga otra vez este año en el mes de Noviembre, ya os confirmaremos la fecha.
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